Aquí me gustaría vivir

posted on: miércoles, 30 de septiembre de 2015

Esta casa que os enseño hoy es de ensueño...












Un fin de semana en Euskadi


Este fin de semana nos hemos ido mi marido y yo a Euskadi, a pasar unos días  sin niños... Un muy buen plan , vamos, un auténtico planazo, hemos dejado a los niños con quien mejor los cuida, los abuelos, que haríamos sin ellos, así que carreta y manta! Nos esperan 6 horas de viaje para poder cabalgar las olas del Cantábrico.

Nos hemos ido a la costa vasca, a Zarautz, parada obligada para los amantes del surf, con más de 2km de playa abierta con unas olas muy juguetonas. 
Es un pueblo en el que se respira un ambiente ideal, de libertad para ir por la calle sin zapatillas (así hemos ido), para ir con el preno y la tabla de surf, donde ves madres con hijos dirigirse a la playa con sus tablas, familias y mayores paseando,surfers en bici o en moto tabla en mano, todos caben en Zarautz.
Te sientes a gusto cuando llegas, así es el ambiente que se respira.
Nosotros hemos alquilado el material en una tienda que se llama Good people, esta en la entrada del pueblo, desde aquí le le mandamos un abrazo a Pablo, por el trato recibido.
Tal cual llegamos nos pusimos el preno  nos fuimos directos a la playa con Yuri, nuestro profesor. El día era ideal, temperatura del agua 20 grados, día soleado, sin mucha gente, y con marea media, y unas olas muy muy divertidas.
Para entrar al mar y alcanzar el punto donde rompen las olas tenemos que entrar por los canales de agua, allí les llaman churros y son vías de retorno de agua desde la playa hacia el interior del mar.
Ahora , no os engañaré, el surf es remar y remar,  es remar mucho, es agotarse remando ... Pero vale la pena, surfear las olas es bailar con el mar, es una sensación de libertad, de  contacto total con el mar... Es brutal! Cuando ves la ola llegar te inunda con su espuma, y te levantas y surfeas...Hay que vivirlo y sentirlo. Así nos pasamos toda la tarde, mirando al horizonte, sentados en nuestra tabla esperando las olas perfectas...y llegaban y disfrutábamos, con cada una de ellas...
Por la noche nos arreglamos y cansados como estábamos nos fuimos a cenar a un pueblo muy bonito, no tiene playa pero es encantador, es Pasaje San Juan, allí fuimos a cenar a un restaurante encantador, se llama Casa cámara, y madre mía, que bien cenamos! Es muy curioso el restaurante, en medio de la sala tienen unas poleas que van directamente al mar, donde tiene unas jaulas con las langostas...


La cena espectacular, cenamos pimientos verdes rellenos de marisco, revuelto de setas, txangurro y chipirones pescados con anzuelo y cocinados en su propia tinta, para culminar la cenar una buena tarta de queso, todo ello acompañado de un txacolí servido bien frío. 
La previsión del tiempo para el día siguiente era muy mala, así que decidimos ir a Saint-Jean de Luz


Pensábamos que había una feria de muebles antiguos, pero nos equivocamos de día, así que paseamos por el pueblo y comimos un par gâteaux basques, riquísimos!
De vuelta a Guipúzcoa nos fuimos a comer a una sidrería, que por suerte está abierta todo el año, ya que las sidrerías normalmente abren del 20 de enero hasta mayo, después cierran! 
Después de comer nos fuimos a ver las casitas típicas del barrio de la Marina en Hondarrabia, llenas de geranios y todas ellas pintadas con colores llamativos.


Por la tarde a hacer surf. Madre mía, que mar...así como el viernes era todo favorable el sábado era todo lo contrario... Marea alta, con mucha corriente, y olas muy duras... Vamos, que tragamos mas agua...cuando te atrapan las olas te llevan con ellas dentro y es como si estuvieras en el programa de centrifugado de la lavadora....dando vueltas sin poder respirar...acabamos agotados de la corriente de fondo que había, de remar sin parar de surfear y de caer y de volver a remar..., cuando acabamos estábamos con todo el cuerpo dolorido, agotados y fatigados... Pero aún con ánimos para salir por Donosti a tomar tapas! Perdón a cenar pinxos!!
El domingo a sido día de recoger todo, despedirnos del maravilloso pueblo de Zarautz, de los croissants tan ricos que desayunábamos en el bar de Carlos Arguiñano, mirando al mar... Dejamos Euskadi, donde hemos disfrutado de su gastronomía, de sus playas de sus maravillosas gentes... Agur Euskadi!



Aquí me gustaría vivir..

posted on: jueves, 17 de septiembre de 2015

Esta casa me tiene enamorada...al igual que los cuadros de David Bromley.

















Feliz jueves!



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